Caracas, Venezuela.--
  Señor, esta misiva la dirijo a usted para informarle que desisto de intentar ayudarle en sus procesos legales. Simplemente, mis condiciones de vida actuales no me permiten concentrarme en sus casos y problemas principalmente en el ámbito legal. Usted entenderá que para el oficio de un abogado defensor de mi alcurnia, es necesaria una gran dosis de concentración y de ágil pensamiento, cosas de las que ahora mismo carezco por motivos personales. Aparte, imagino que usted mismo comprende que defenderlo a Usted, especialmente, se me hace difìcil, teniendo que, aparte, criar a dos hijos en el seno de la religión católica.
  Se hace difícil tener que pelear con todos los jueces de todos los estados de todos los países de todos los niveles de la Tierra, el Edén y el Infierno cada vez que a usted le provoca lanzar una extraña maraña de gentes con los ojos maquillados de negro a matar en su nombre, quienes no tienen ni la menor idea de cómo limpiar una escena del crimen, y, aunque supieran cómo, no lo harían, ya que se vanaglorian con la gloria de su Señor Satanás. Usted, ya con varios milenios de edad, debería aprender a llevar las cosas más discretamente. Si quiere una secta que lo adore a usted, Baal, Baphomet, Banshees o a cualquier cantidad de entes oscuras, nadie le dice que no puede. La cosa es que usted no puede tener una roba de infantes con problemas de familia a su disposición, porque siempre manda a raros exconvictos con conocimientos psicológicos a lavarles el cerebro y utilizarlos para asesinar con el fin de crear guerras raciales o catástrofes biológicas en estaciones del Metro de países de Oriente.
  Yo no sé hablar mandarín, señor, ni inglés, ni francés, ni italiano, ni alemán, ni árabe y mucho menos hebreo. Es inménsamente imposible que yo me presente la próxima semana en Israel a pedir disculpas por usted porque le provocó crear una extraña guerra psicológica entre los adeptos al cristianismo. No sé cómo defenderlo porque ellos tienen razón: Usted no tiene ningún oficio.
  Le recomiendo que convoque a algún defensor público, o, si tiene buena lana, a un defensor con experiencia en este tipo de casos. Lamento mucho no poder seguir ayudándolo. Hasta entonces, todos estos años hemos vivido experiencias gratas y divertidas, por lo que le puedo brindar todo mi apoyo (muy condicional).
  Sin más a qué hacer mención, digo que regresé a su cuenta bancaria el depósito por adelanto que me hizo. Muchas gracias por todo. 
Le envío un muy cordial saludo.
Abogado José Rojas
CI10119437 
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