| Una indígena corona a nuestro nuevo "Micomandante" | 
Hoy, 19 de abril de 2013, Venezuela empieza un nuevo período en su historia de egemonías constitucionales, ahora, intentando quitarle el protagonismo a lo ocurrido con la familia Monagas y con José Antonio Páez. Sin embargo, esto será difícil, ya que los antes nombrados tenían (por lo menos) una remota idea de cómo mantener estable un país, sin estarse metiendo con modelos económicos improductivos. Confiaban en su pulso y en el de sus allegados, próximos mandatarios o miembros del gabinete de gobierno.
Y, siendo yo un tonto que ve todo esto innecesario, con gusto explico que el gobierno venezolano está empezando una monarquía, como la que era antes vista en los países del primer mundo, a los que Maduro, por cierto, no le agradan. Por si fuera poco, en estos 14 años se ha visto el siguiente problema: La gente dice que "aunque sea, Chávez era inteligente", pero, les digo que la soberanía (un término muy utilizado por el "comandante eterno") de la nación ha sido casi totalmente cedida, junto a gran parte de nuestros ingresos anuales a países de américa latina, como un intento de unificación de naciones en contra del "imperio", siendo adjudicado el hecho de querer ampliar el territorio de una nación, o la creación de una república o reino a partir de una que se extiende a los principios e ideales propios del imperialismo. Entre estos países, obviamente, se encuentra esa bonita isla del Caribe llamada Cuba, que, según nuestros amores de franelas rojas, es el camino de la felicidad. Dicha isla, al apoderarse de nuestros recursos y la soberanía e independencia de, no sólo los órganos del Estado, sino las áreas del país que les competen ha tomado, desde hace 14 años (más o menos) una actitud totalmente conquistadora, de "unión", de "hermandad" y de absoluto IMPERIALISMO. Entonces, si Chávez estaba siendo una mente hiperculta e inteligente, no puedo esperar a ver qué hará Maduro en sus "seiszaños" de gobierno (revocatorio en 3. Ya dije.)
Está implícito que el Chavismo ya no sabe de lo que habla, ni lo que hace, pero, al final, como el árbitro en un juego de futbol: "Si se equivoca, se equivocó, pero lo que diga, se hace."
En todo momento, el acto que hoy se celebró (o aún se celebra, no lo sé) me parece una provocación, además de anticonstitucional e inoportuno (El CNE anunció ayer que realizaría la auditoría del 46 % restante de los votos para despejar dudas de fraude electoral). Sumado esto a la salida del presidente de los bigotes del país hace ya una noche para una cumbre extraordinaria con la UNASUR, reunida para ese entonces en Perú.
Por más veces que lo diga, Maduro (Álias: "Bigotes") no es ni será nunca la sombra de un hijo de Chávez, y, mucho menos, una sombra del mismo Comandante-Pajarito. Aún, en caso de que lo fuera, su presidencia no es más que una herencia del difunto exmilitar. Una hegemonía monárquicas de capitalistas que comandan un séquito de pandillas y motorizados pseudosocialistas que son fans de las palabras complicadas y trilladas. Espero que la corona le quede bien a Maduro.
Nicolás, eres bello, firma aquí.
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