Comicios de nuevo en Venezuela. Uno se cansa de tanto problema y de tanto afiche político en los postes de luz de la calle principal.
Al parecer, nadie está siendo consciente de que ninguno de los candidatos a la presidencia del país será apto para "arreglar" o "mejorar" la situación social-política-económica de un país que ha venido sufriendo problemas de estas índoles desde hace más de 14 años (porque no, la desestabilización política y económica no empezó cuando Chávez subió al poder). Gane quien gane, la crisis económica viene con todo, y, más difícil que en otras ocasiones, en que el nuevo gobierno pudo levantar un país completamente distinto a como esperaban encontrarlo.
Duele mucho que la gente le preste más atención a las luchas de popularidad que a la verdadera razón de un país: Cultura-Unión-Progreso.
Siendo de Venezuela, un país que, económicamente, podría equipararse a los Emiratos Árabes, y conociendo las posibilidades culturales y turísticas, además de monetarias de ambos países, es normal que muchos tengamos entre nuestros sueños una Venezuela bonita (NO CAPITALIZADA) con un pueblo que busque un mismo bien común (léase: "BIEN").
Aún así, no entiendo cuál es el furor de utilizar un sistema de gobierno que históricamente ha fallado, desde la URSS hasta Corea del Norte, y, sin irnos tan lejos, en Cuba. Ni siquiera se siguen los verdaderos ideales de este sistema de administración pública, porque el socialismo no aplica en un país con una división de clases tan marcada.
En fin:
El expresidente: era un resentido social porque nació pobre, y, teniendo poder y dinero, se dio a la tarea de intentar amaestrar una población, haciéndola vivir en las mismas, o peores, condiciones en las que él se desarrolló durante su niñez, creando un sentimiento de "si tú tienes plata, es porque me la quitaste a mí" y un grupo de personas que se conforma con comer migajas, estando a dos pasos de una rebanada completa de pan Bimbo (escaso, por cierto).
El candidato a la presidencia que va de parte del expresidente: está enamorado del recuerdo del anterior difunto y lo evoca incontable cantidad de veces, queriendo crear un sentimiento de empatía colectiva, y así, siguiendo una clase de monarquía en la que él tampoco estaría mandando, sino que las órdenes irían del presidente eterno/pajarito/santo a su representación terrenal/Toripollo, y, finalmente, al pueblo. Sabiendo que este candidato, de ganar la presidencia, no va a poder (ni podrá nunca) alcanzar el estatus político de grandeza del anterior, principalmente porque no tiene el carisma, los ideales, la educación, la confianza, la firmeza, la cantidad de gel para afeitar su desmesurado bigote súperpoblado, y (más importante) el cobre necesario para cumplir los planes nacionales que nuestro "Turpial Rojo" tenía antes de perecer, atrapado por la red de pajaritos celestial.
El candidato opositor: no podrá con la presión sociopolítica, y menos con la económica. Intentará restabilizar el país (quizá lo logre), pero, con un gran porcentaje de la población (en especial, la población pobre, que, para vuestra información, es pobre porque no ha querido ganar su propia plata, sino que la ha esperado pacientemente del estado, pero, nunca le llegó). Si bien no cambiará mucho el panorama, o, al menos en los primeros años no, es necesario que gane este candidato para refrescar el ambiente político nacional, y dar a probar al país entero un poco de lo que se merece (o no).
Y, más importante, 
Al pueblo: No le interesa absolutamente nada de lo que expongo.
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